viernes, 10 de junio de 2011

Islandia, resiste!!!!!!

Yo sigo en mis trece: ¿por qué los ciudadanos han de pagar los desmanes de sus bancos y su clase política? ¿Acaso no han sufrido suficiente como consecuencia de la mala gestión de unos y otros?


ISLANDIA; RESISTE!!!!!!


Porque, de seguir castigando a la población, más de uno va a terminar como éstos (qué pena no saber cómo montar vídeos, porque a éste le iría de pm de fondo la música de Benny Hill...):






Y, ya puestos, que fomenten en su parlamento medidas como éstas: total, cuanto menos tiempo trabajen los políticos menos tentaciones de meter las manos donde no deben, ¿no? (lo cojonudo del tema es que "Todos coinciden en que la propuesta transmite una mala imagen a la ciudadanía en tiempos de una crisis tan dura". Ole, ole y ole. No se niegan por considerar insuficientes dos días para hacer su trabajo o para resolver los problemas del país. Les parece mal sólo por el 'qué dirán'!). De mayor quiero ser como ellos: trabajar dos días y descansar cinco. Impresionante.

No te indignes, que te llamarán perroflauta...

viernes, 3 de junio de 2011

El Corte Inglés, La Merkel, los pepinos y las bolsas.

La ecología está de mofa. Digo, de moda.

Ahora resulta que hasta el mismísimo Corte Inglés se apunta a la corriente de cobrar por las bolsas de plástico por aquello de mantener el planeta limpio.

Y una mierda para ellos. Y otra para el resto de los que se han apuntado ‘de manera espontánea’, (como aquellas concentraciones en jornada de reflexión, ah, que era por una causa justa, entonces vale, y no hablo de las elecciones del 22M) al negocio de vender bolsas.

Hasta hace poco las vendían aquellos que se diferenciaban por tener un precio por debajo de la media en sus productos. Y no estaba mal visto, sobre todo si la justificación era la de poder competir en precio con los demás. Ahora hasta el pedazo de grupo de Don Isidoro se sube al carro ecológico. Y, nada más, y nada menos, que al módico precio de cinco céntimos por bolsa.

Ya está bien. Y no lo digo porque me parezca mal la idea de echar menos mierda reciclable en los vertederos (cosa que tendríamos más fácil en Madrid si Gallardón no hubiera suprimido el servicio mensual de recogida de trastos viejos). Sino porque todo un Corte Inglés debería tener más cuidado a la hora de elegir sus estrategias comerciales. Sobre todo si  la media de sus precios superan en huevo y medio los precios por producto de otras empresas. No hay más que ver el módico precio que le van a poner a sus putas bolsas: cinco céntimos. Cojones, NI MÁS NI MENOS que cinco céntimos por bolsa.

Pues eso, toda una mofa camuflada de ecologismo. Ahora bien, supongo que habrán reparado en que a partir de ahora se verá a menos gente haciéndoles publicidad cargando con la compra en sus bolsas. Por si no lo habían pensado, que se preparen para ver a gente sacando de sus bolsillos bolsas del Mercadona, del Ahorramás o del Lidl  para llevar a casa la compra hecha en su supermercado.



Aparte del rollo bolsiniano (que me perdonen los lingüistas, si es que alguna me lee) mi guerra de hoy (hasta enterarme de la política cutre-ahorradora de El Corte Inglés) era contra Angela Merkel. Resulta que de su súper país ha salido la denuncia de que los pepinos patrios estaban contaminados por cierta bacteria capaz de provocar cagaleras místicas, tanto que podrían degenerar en algo peor. Y, a partir de esa denuncia, las exportaciones españolas de todo el sector se han visto seriamente afectadas (según dicen).

Da lo mismo que en el país origen de la presunta infección los daños sean mínimos.

Y va la alemana y le dice a Zapatitos que estudiará fórmulas para que la UE indemnice a los agricultores españoles. Manda cojones. Da lo mismo que la acusación haya salido de su país. Que pague la UE. Porque yo lo valgo, sí señor. Y luego arremetemos contra los vagos del sur, que no quieren trabajar. Pero a nosotros, que no nos toquen.

Eso sí, ya sabéis lo que decía la Carrá sobre nosotros los vagos. Seguro que a los alemanes les corroe la envidia.

Menos mal que tenemos a la Consejera andaluza de Salud para hacerse la foto metiéndose un pepino entre pecho y espalda (que, por si mí fuera, tendría que meterse un calabacín entre la parte baja de la espalda y su pecho la Merkel):




Eso sí, la Consejera no tiene ni de lejos el glamour de aquel ministro el PP que se puso morado a pepitos de ternera cuando lo de las vacas locas:





Estoy esperando a ser ministro para cuando se avecine una crisis de caviar, salmón, cava y chuletón de buey, con una buena tarta de chocolate radiactiva de postre. Y buen Ribera del Duero contaminado para pasar el mal trago.







Otras locuras del tercero...
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