sábado, 17 de noviembre de 2012

En la casa



No voy mucho al cine pero, curiosamente, dos de las películas que más me han gustado, de entre las últimas que he visto, son francesas.  Después de disfrutar hace unos meses del humor y la humanidad de ‘Intocable’, ayer  le tocó el turno a ‘En la casa’. Sobre ella había leído una crítica que, pese a intentar ser positiva, pasó sobre mí sin pena ni gloria. Pero buscando algo que ver encontré su tráiler. Y me enganchó.





Atraído por el anuncio, llegué a la sala con cierta predisposición a que me gustara, y mis expectativas se vieron superadas: durante el tiempo que duró la película me quedé imantado por la pantalla. Despacito, pero cada vez más intensamente, me fui dejando atrapar por ella. 

No es una película que tengas que ver en el cine (no tiene efectos especiales. Ni unos exteriores de los que te dejan con la boca abierta). Sin embargo me gustó la luz con la que la rodaron. Y también su banda sonora. Aunque, tal vez, sólo eso no justifique pagar el precio que te piden hoy en día por una entrada de cine.

Tienes que verla. Paga la entrada o bájatela. Si optas por esto, tómate antes una copa de vino, pausadamente. Escucha ‘Mrs. Robinson’, de Simon & Garfunkel, pero no esperes encontrarte a un mojigato Dustin Hoffman. Piensa más bien en Alfred Hitchcock y en su ventana indiscreta. Sólo que ésta vez, el morbo lo verás desde dentro. Apaga el móvil, baja las persianas y dale al play. Déjate atrapar. Y ya me contarás…

sábado, 13 de octubre de 2012

Que toda la vida es cine, y los sueños...









http://www.eldiario.es/sociedad/cines-recortes-crisis-yelmo_0_57044743.html


La piratería, dichosa piratería, siempre en el ojo del huracán. Y sí, es verdad que hace diez años el asunto era residual, y a día de hoy, la cosa se ha disparado. Si buscas en Google, a pesar de los intentos de la compañía puntocom, encuentras fácilmente lo que quieras. Si quieres quedarte con la versión de los proyeccionistas, allá tú. Si lo prefieres, te cuento la mía. Y, si no, deja de leer.

Cuando estaba en la universidad, iba todas las semanas al cine con mi novia. Llegamos a tener el 'problema' de no saber qué ver: íbamos con tanta frecuencia, que no fueron pocas las veces que, mirando la cartelera, no sabíamos qué película elegir porque ya habíamos visto tantas de las que había en cartel que las cuatro que nos quedaban no nos llamaban la atención. Y vimos algunas películas buenas, muchas películas pasables (pero que podríamos haber visto en vídeo tranquilamente en casa, pagando por ello bastante menos), y unas cuantas películas malas de solemnidad.

La diferencia entre ver una película mediocre hace diecisiete años y verla ahora, es que entonces la entrada nos costaba cuatrocientas y pico pesetas, y ahora, si traduzco el precio a la antigua moneda, los contadores que calculan el incremento del precio se vuelven locos. Vale, sí, por entonces teníamos el carnet joven, que implicaba descuentos de día del espectador de lunes a viernes. Y sí, han pasado unos cuantos años... pero las cuentas siguen sin cuadrarme. Tanto, que, si comparo mi situación de entonces (estudiante sin sueldo, que sobrevive con los que le dan sus padres para gastar en tabaco, cervezas, copas, cine y regalos para las celebraciones familiares en una familia numerosa) con mi situación actual (casado y sin hijos conocidos, pagando hipoteca y con la suerte de tener trabajo ambos dos), y las comparo con lo que iba al cine entonces y lo que voy ahora, resulta que antes, con mucha menos pasta para gastar, frecuentaba mucho más las salas.

Vale, antes no tenía casa propia (ni prestada por el banco...), por lo que si quería estar con mi amor tenía que salir a la calle a pasar frío en invierno y calor en verano, meternos en un bar a beber cervezas o ir al cine para pasar el rato. Y ahora podemos pasar un sábado entero de invierno sin salir de casa, con nuestra calefacción central y nuestra conexión a internet... Y podríamos ir al cine, pero pagar lo que piden por la entrada... ni de coña.

Por aquellos tiempos en los que me sabía la cartelera de memoria, el cine era barato y todo mi conocimiento sobre interconexión de ordenadores se basaba en un cable que se conectaba a unos puertos llamados 'COM' (que usaba para jugar al Doom con mi vecino de abajo), las salas eran grandes, generalmente había sólo una en cada cine, y las películas duraban uno o dos meses en cartelera. Ahora, que tengo conexión a internet de doce megas (no es que sea el Halcón Milenario de internet, pero corre lo suficiente como para escapar de los destructores del Imperio), el cine es caro, las salas se han multiplicado en cada cine y las películas duran apenas unas semanas. Pienso que los exhibidores se han subido a la parra, se han pasado tres pueblos... que han querido exprimir la gallina de los huevos de oro al mismo tiempo que ha surgido una alternativa distinta, la Red, en la que no han sido capaces de meter la cabeza porque la codicia les pierde. ¿Para qué queremos tantas salas, si las películas duran menos tiempo en cartel?


Pero podemos fijarnos en otro dato que nos aporta también el Ministerio: el número de salas no dejó de crecer hasta el año 2007 para luego caer, muy poco. Hoy tenemos 420 cines menos que en el año 2000 pero 1.450 salas más. Es decir, cerraron los grandes cines de una sola pantalla y se impuso el modelo del multicine, esencialmente en el centro comercial. Esta idea la trajo a España, por cierto, José Battle, en 1987. 25 años después se sigue amortizando el nuevo aliento que supuso la instauración del sistema americano de los multiplex. “

Y ojo a esto, no sea que nos vendan como pérdidas unos ingresos inferiores a los presupuestados. No sé cuál será la realidad, pero no sería la primera vez que alguien habla del descenso en los beneficios como si de pérdidas se tratara:

Desde enero de 2011, Yelmo ha acumulado unas pérdidas de 10 millones de euros” explica Alfonso de la Rica, portavoz de esta cadena propietaria de emblemáticas salas como los cines en versión original Ideal, en Madrid. La empresa “prevé unas pérdidas superiores a las del ejercicio anterior, provocadas por el descenso de espectadores”. El abandono de las salas ha originado un “descenso de los ingresos y pérdida del margen de beneficio”. ¿Dónde están los espectadores? De la Rica recuerda “la piratería” ya que “que los contenidos se distribuyan gratuitamente ha afectado mucho”, el impacto de la subida del IVA del 8 al 21 por ciento, y el bolsillo: “la entrada de cine nos parece a todos un artículo de lujo, que no lo es, si lo piensas cuesta lo mismo que un menú del McDonald’s”.


Ah, por cierto: pueden echar la culpa a la piratería. O al gobierno por su subida (salvaje, ciertamente) del IVA. Pero compararse con un menú de la llamada comida basura no dice mucho a su favor (independientemente del precio de ambos...).




(De aquella época recuerdo, entre otras, una película de serie B: 'Testigo mudo'. Fue una de esas que vimos por ver porque ya lo teníamos todo visto. Y nos reímos un montón con ella. No sé si hoy nos hubiera gustado, pero por entonces cumplió su cometido: hacernos pasar un rato entretenido por un precio asequible...).

martes, 5 de junio de 2012

Al final Himmler tenía razón...







Ni el mismísimo Himmler lo habría definido mejor. Terroristas, eso es lo que son, sí señor.

Tócate los webs...

lunes, 4 de junio de 2012

Me quiero exiliar en el Algarve








Joder, no se os puede dejar solos. Se va uno apenas seis días del país y las pocas noticias que le llegan hacen pensar en el Apocalipsis. Se oye desde Portugal que las necesidades de financiación de Bankia crecen cada día. Claro, como Zaptero dejó el país como lo dejó… Ah, que esto no tiene que ver con ZP, que aquí está metido todo el ladrillo del PP… da lo mismo, seguro que ZP tiene la culpa hasta de la muerte de Kennedy.

La prima de riesgo desorbitada, y Rajoy sorprendido porque “con todo lo que he hecho últimamente y los inversores siguen sin confiar…” Es curioso, antes de sacarse de la manga esa reforma laboral radicalmente injusta con los trabajadores la prima de los huevos estaba a niveles bastante más bajos. ¿Empezará a plantearse ahora que da igual lo que haga, que la especulación es independiente de sus políticas? Éste tipo, ¿es realmente así de ingenuo? ¿Se puede ser más tonto?

A su vez te enteras de que uno de sus adláteres se permitió hace un par de años soltar perlitas como esa de “que caiga España que ya la levantaremos nosotros”. Como si fueran el Rey Sol. Qué lástima de guillotina.

Menos mal que el Gobierno Salvador tiene un brillante plan: inyectar deuda pública en Bankia. Ya que no nos dejan meter pasta, les regalamos deuda para que ellos se la metan doblada después a Europa. Hasta que llega el BCE y dice que naranjas de la china. Mierda, con lo buena que era la idea… (¿de verdad tenían un plan tan cojonudo sin saber si el BCE se lo iba a permitir? ¿Éstos eran los que criticaban la improvisación de Zapatero?).

Dios, vámonos mañana a la playa de Bordeira a ver el atardecer, que me parece que es lo único bonito que vamos a tener al alcance de nuestros ojos durante largo tiempo. Seguro que cuando crucemos el Guadiana, de vuelta en suelo patrio, ya nos han intervenido y vemos blindados alemanes por las carreteras.




Al final volvemos a Españññña y lo único blindado que vemos es el atasco de la A-5 para salir de la capital. En lugar de guillotinar cabezas la gente se va el fin de semana a la playa o a sus pueblos. Y yo que me quiero largar, comprarme una casita en Carrapateira y vivir de la vitamina D, que parece que a los guiris les funciona. Qué grande el Rey Sol…



viernes, 17 de febrero de 2012

Hipocresía (o cómo no poner la otra mejilla).





Si la movida ésta se hubiera producido durante una manifestación de batasunos y lo atacado hubiera sido una librería, una Casa del Pueblo o una sede del AGPL ("Amantes de las Gaviotas y la Precariedad Laboral"), habría que ver el tono de las noticias (que si “otra vez los vasquitos estos”, que si “los cachorros de no sé quién”, “no hay derecho, no podemos ni expresarnos libremente por miedo…”).

Pero no, ésta vez no ha sido en Basauri, sino en el Barrio de Salamanca de Madrid. El objetivo no ha sido un ‘bastión españolista’, sino una galería de arte. Y los que tiraron los artefactos explosivos, vamos, los terroristas, no llevaban un lauburu colgado del cuello, sino una cruz, digamos, de líneas más rectas, algo más latino. Vaaaaaale, presuntos terroristas, que hay que cogérsela con papel de fumar cuando uno dice ciertas cosas.

Oro buen ejemplo de hipocresía. Suma y sigue…

(Ah, por cierto: siguiendo con el ejemplo borroka, si esto hubiera sido alentado desde alguna tribuna le habría faltado tiempo a algún juez para procesar al instigador por apología del terrorismo)


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viernes, 27 de enero de 2012

Voluntariado made in Botella






No se trata de un error. Es simple y llanamente otro despropósito. La recién nombrada alcalda insiste en decir gilipolleces. Si hace unos días se alineaba con la Aguirre en el plan de abrir una zona franca, libre de impuestos, sin derechos laborales y con normas perniciosas para ludópatas y menores para acoger en Madrid la meca de los casinos europeos, nos sale ahora con que los madrileños debemos realizar actos de voluntariado para suplir vacantes en organismos municipales. ¿A esto se refería la campaña del Metro cuando decía eso de ‘Más por menos’?

No sé nada de contabilidad, pero así cuadro yo las cuentas que haga falta. Despido a todo lo que se mueva y que no tenga plaza fija, recorto a diestro y siniestro y después reclamo la solidaridad ciudadana para seguir prestando determinados servicios. Un ejemplo cojonudo es el de las bibliotecas. ¿De verdad pretendes, Botella, que las bibliotecas públicas sean atendidas por voluntarios cuando en éste país tenemos una carrera universitaria, Biblioteconomía y Documentación (antes diplomatura, ahora con Bolonia vete tú a saber), con una alta tasa de diplomados en paro?

Ahora dime. ¿Por qué el Ayuntamiento de Madrid no tiene un puto duro? ¿Por qué cobráis más por servicios que habéis reducido, como la recogida de residuos y la limpieza viaria? ¿Por culpa de las bibliotecas? ¿Seguro? ¿No será, acaso, por culpa de un exalcalde manirroto empeñado en vaciar las arcas municipales y en endeudarnos de por vida con sus aires megalómanos? ¿El mismo que te ha dejado un ayuntamiento nuevo con despacho de ensueño, casi a estrenar, y cuyo obrón forma parte de la deuda? ¿El mismo, por cierto, que el resto de españoles van a tener la oportunidad de disfrutar ahora como ministro? (Y que, nada más empezar, ha subido las tasas judiciales en segunda instancia. Españolitos, iros preparando…).

viernes, 20 de enero de 2012

Megaupjolibud!



Y pienso yo... supongamos que se consiguiera promover un boicot a la cultura de lata norteamericana, instándose a las 'salas vacías' en los cines que proyecten cine meid in jolibud. Con piquetes (informativos, eso sí) en sus puertas.

Imaginemos, además, que la campaña se extiende contra subproductos musicales estilo Billonsé, Leidigaga, YustinBiber de Jesús (ese, por cierto, que debería aparecer con la cara pixelada en sus actuaciones por ser menor... aunque imagino que el acné propio de su edad se encargará de ello...), o contra infraproductos como Alejandro Sanz o la saga eterna de triunfitos. Sin cometer delitos (según su definición, claro) el yanki dejaría de recaudar una millonada, más que por la presunta culpa de Megaupload.

En ese caso, un gobierno temeroso de Obama, aliado además de la Santa Iglesia... ¿no convertiría en mandamiento lo de ir al cine las fiestas de guardar? O, ¿no definiría como sacramento comprar determinados discuchos? Porque, al paso que vamos, me da que lo único que importa es lo que diga la Warner, la Fox, Sony o la Universal. Y en Esñapa además, con la Ley Sinde de por medio.

Menos mal que siempre nos quedará el P2P...
Otras locuras del tercero...
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