No voy mucho al cine pero, curiosamente, dos de las
películas que más me han gustado, de entre las últimas que he visto, son
francesas. Después de disfrutar hace
unos meses del humor y la humanidad de ‘Intocable’, ayer le tocó el turno a ‘En la casa’. Sobre ella había
leído una crítica que, pese a intentar ser positiva, pasó sobre mí sin pena ni
gloria. Pero buscando algo que ver encontré su tráiler. Y me enganchó.
Atraído por el anuncio, llegué a la sala con cierta predisposición
a que me gustara, y mis expectativas se vieron superadas: durante el tiempo que
duró la película me quedé imantado por la pantalla. Despacito, pero cada vez
más intensamente, me fui dejando atrapar por ella.
No es una película que tengas que ver en el cine (no tiene
efectos especiales. Ni unos exteriores de los que te dejan con la boca
abierta). Sin embargo me gustó la luz con la que la rodaron. Y también su banda
sonora. Aunque, tal vez, sólo eso no justifique pagar el precio que te piden
hoy en día por una entrada de cine.
Tienes que verla. Paga la entrada o bájatela. Si optas por
esto, tómate antes una copa de vino, pausadamente. Escucha ‘Mrs.
Robinson’, de Simon & Garfunkel, pero no esperes encontrarte a un mojigato
Dustin Hoffman. Piensa más bien en Alfred Hitchcock y en su ventana indiscreta.
Sólo que ésta vez, el morbo lo verás desde dentro. Apaga el móvil, baja las
persianas y dale al play. Déjate atrapar. Y ya me contarás…
No hay comentarios:
Publicar un comentario