viernes, 17 de febrero de 2012

Hipocresía (o cómo no poner la otra mejilla).





Si la movida ésta se hubiera producido durante una manifestación de batasunos y lo atacado hubiera sido una librería, una Casa del Pueblo o una sede del AGPL ("Amantes de las Gaviotas y la Precariedad Laboral"), habría que ver el tono de las noticias (que si “otra vez los vasquitos estos”, que si “los cachorros de no sé quién”, “no hay derecho, no podemos ni expresarnos libremente por miedo…”).

Pero no, ésta vez no ha sido en Basauri, sino en el Barrio de Salamanca de Madrid. El objetivo no ha sido un ‘bastión españolista’, sino una galería de arte. Y los que tiraron los artefactos explosivos, vamos, los terroristas, no llevaban un lauburu colgado del cuello, sino una cruz, digamos, de líneas más rectas, algo más latino. Vaaaaaale, presuntos terroristas, que hay que cogérsela con papel de fumar cuando uno dice ciertas cosas.

Oro buen ejemplo de hipocresía. Suma y sigue…

(Ah, por cierto: siguiendo con el ejemplo borroka, si esto hubiera sido alentado desde alguna tribuna le habría faltado tiempo a algún juez para procesar al instigador por apología del terrorismo)


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Otras locuras del tercero...
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