Yo no lo recuerdo, era pequeño, pero dicen que Suárez aprovechó un Sábado Santo para legalizar el PCE. No resulta extraño que quisiera evitar la primera reacción de un montón de fachorros pillándoles desprevenidos estando de vacaciones, rezando, desfilando en procesiones o alimentando la superstición. Eso sí, la segunda reacción no hay quien la pare, pero es más floja.
Ahora ha sido Esperanza Aguirre la que ha aprovechado la operación retorno de julio más la operación salida de agosto, combinadas con un fin de semana y con la crónica de la muerte anunciada de Zapatero (como presidente, claro) para subir el billete de Metro.
Y no es una subida cualquiera: ha subido un 50%, una de las mayores subidas de su historia (si no la mayor). Ya me gustaría que subieran mi salario en ese porcentaje…
Argumenta la Condesa que no es una subida, que es la actualización del IPC de no sé cuantos años, bla, bla, bla… Y UNA MIERDA!.
Lo que sucede es que en los últimos años ha subido tanto el Metrobús, (billete de diez viajes, antes llamado ‘Bonometro’), que ya no puede subirlo más sin que deje de ser mínimamente rentable. Por lo que al meterle una buena subidita al billete sencillo, a partir de ahora tendrá vía libre para seguir subiendo el Metrobús todo lo que quiera. Y como el Metro no llega todavía a Benidorm, pues los madrileños, que estarán todos bañándose allí, ni se han enterado. Ya verás la cara que ponen a la vuelta. Pero esa será ya una segunda reacción.
Para la tercera reacción, lo único que se me ocurre, es gritar… CUÉLATE! Si te pillan habrá que pagar la multa, pero mientras, seguro que sale más rentable…
La Esperanza es lo último que se pierde. Al menos, en Madrid.