miércoles, 12 de octubre de 2011

Es ahora o nunca (o... luego no me llores...)





Si tu problema es que tienes más de sesenta y cinco años y ves Intereconomía todos los días, creo que no hay mucho que hacer contigo (cobrarás tu pensión, que estamos pagando entre todos, y aquí paz y después gloria…). Pero si no has llegado a esa edad y sigues sin verlo claro…o eres milloneti, o tienes esperanzas de que te mantengan tus padres.

Lo que no puedo entender es que te quejes de la mierda de políticos que nos dirigen (más pensando en su bolsillo que en nuestro interés), de los banqueros que nos mantienen con la soga al cuello, de los que mandan en las cajas que, chupando del bote, se ponen unas pensiones que ya quisiera el Rey, o de las empresas que nos exprimen… y llegue el momento de aportar tu grano de arena a la protesta general y te quedes en casa.

Lo mismo que si llega el 20-N y decides votar a los de siempre porque tus padres los votaban desde que tienes uso de razón. O porque no hay otra opción (desde luego, si no haces nada por que la haya no la habrá nunca). O porque tenemos que resignarnos a lo que tenemos, no sea que inventemos algo que se salga de los estándares y nos caiga un rayo del cielo (¡viva el pensamiento medieval!).

Pero, estarás conmigo, así no podemos seguir. Ha de terminar la época de los chupópteros. No podemos seguir manteniendo unos políticos que viven de derrochar nuestros impuestos, ni de hacer cada vez más precario nuestro mercado laboral. Los que administran nuestro dinero (que eso son nuestros gobernantes) deben ser honestos y trabajar, a cambio de un sueldo, por el bien del país, y no en pro de su beneficio propio.

Si estás de acuerdo con esto… ven el sábado a protestar contra ellos. Por favor, no caigas en la trampa de pensar que los indignados son cuatro perroflautas piojosos que no quieren trabajar, que están subvencionados por una mano negra o que están ahí para pasar el rato. La situación ha llegado al límite, y no hablo del precio que pagamos por nuestra deuda ni de la valoración que le merecemos a las agencias de calificación (por Dios, si ‘los buenos’ bombardean países a los que califican como terroristas… ¿no podrían encargarse de los terroristas financieros?... Pero que parezca un accidente…).

Piénsalo. No admito que el domingo veas en el telediario que la manifestación fue masiva, que había gente normal (y no sólo jipis) protestando por lo mismo que protestas tú en privado y pienses… ¡jo, tenía que haber ido!

Es ahora o nunca. A por ellos ¡oé!

Y el 20-N… sé consecuente. ¡NO LES VOTES!

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