sábado, 19 de diciembre de 2009

Taxistas

Que la famosa Ley Ómnibus puede ser catastrófica para ellos no lo pongo en duda. No la he leído, pero acostumbrados a vivir de una gallina de los huevos de oro, meterle competencia al mercado obviamente va en contra de sus intereses.

Ojo, digo gallina de los huevos de oro no en el sentido literal: el taxi es muy sacrificado. Por lo menos en Madrid. Con el tráfico de mierda que tenemos, pasarse un puñado de horas al día en el coche de un lado para otro no puede ser bueno para la tensión, como mínimo.

Hablo de gallina ponedora de lingotes ovalados cuando pienso en lo que nos cobran cada vez que nos llevan de un sitio a otro. Por supuesto no puedo hablar de ROBO, porque las tarifas se ajustan a lo que les permite el ALCALDE. Pero sí puedo decir que los precios son elevadísimos y que, como siempre, la competencia podría (aunque no necesariamente tendría por qué ser así) favorecer al usuario. Y sí, es verdad que además de la licencia tienen que pagar un huevo de cosas, que leí ayer a un taxista. Pero lo ganan. Se lo curran, pero lo ganan. Y la licencia, cara de narices, igual que la compran la pueden vender.

Una de las cosas que argumentan para defenderse es que los servicios que pueden surgir a partir de la nueva ley pueden ser de baja calidad y que por tanto van a ser competencia desleal. ¿Baja calidad? Pues no sé con qué lo están comparando. Porque en unos cuantos años he visto taxistas que conducen como el culo, que se cambian de carril de cualquier manera, que hacen frenar a otros conductores por que se les cuelan cuando les da la gana, que van más de prisa (bastante más) de lo permitido, que se saltan semáforos en rojo… e incluso borrachos. Y eso os lo cuento en primera persona. Además, su profesionalidad me desborda. En menos de una semana me han contado dos personas (Susana y María José) que sus taxistas no sabían cómo llevarlas a sus destinos en unos recorridos que para uno del gremio ha de ser pecado mortal. No os digo más: uno de ellos no sabía dónde estaba Canal…

Así que la calidad de la que hablan permidme que me la pase por cierta parte. Por cierto, para los de fuera de Madrid: si tenéis que ir y venir del aeropuerto y vuestro volumen de equipaje os lo permite, mejor en Metro. Porque hay taxistas que para llevaros al centro de Madrid desde Barajas os pueden dar el paseo del siglo. Hasta setenta euros he oído que han llegado a cobrar a algún extranjero incauto. SE-TEN-TA!

Así que, estemos de acuerdo o no, ellos se sienten atacados injustamente. Y se manifiestan. Y se ponen en huelga. Y no sé cual es, pero me da que hay un artículo por ahí que dice que los trabajadores tenemos derecho a hacer huelga. Así que nada, yo me jodo si tengo que coger un taxi, si consiento en pagar ese precio legal pero injusto que me cobran por hacer una carrera de apenas unos minutos en coche pero que andando me puede suponer más de una hora. Y lo tengo que asumir porque ese derecho sí que es justo (lo único justo que hay en toda esta historia).

Y llega el día de la huelga y la prolongan por encima del tiempo que inicialmente anunciaron. Mal en principio, pero no sé cómo se regula el derecho a huelga, así que se lo voy a descontar, al fin y al cabo hacer huelga implica no ganar pasta, así que venga, se lo dejo en pecado venial. Incluso los absuelvo.

Pero luego te enteras de que las has pasado putas para volver a casa porque resignado a no poder coger un taxi, ya con el metro cerrado, que esa es otra, coño, Gallardón, a ver cuando abres el metro por la noche, que se os llena la boca diciendo que no debemos coger el coche para salir de marcha pero luego facilidades no dais ninguna, pues eso, que con el metro cerrado y sin taxis decides coger un búho, uno de esos autobuses que circulan por la noche y a los que esperar en la calle en invierno se convierte a veces en tortura. Y no pasan búhos. Qué raro.

Si tienes suerte, un taxista esquirol te lleva, eso sí, advirtiéndote de que no puede pasar por el centro porque no quiere problemas. ¿Problemas? ¿Qué problemas? Pues nada, que sus compañeros están destrozando el taxi a aquellos a los que ven trabajar. Hasta puertas le han arrancado a algún traidor. Y claro, aquí se abre mi caja de los truenos. QUE LES DEN POR CULO A LOS TAXISTAS DE MADRID.

Si quieres tener un derecho a la huelga lo primero que debes hacer es respetar el derecho de los demás a trabajar. Resulta que si no estás de acuerdo con la huelga, o no puedes permitirte secundar una, o si has hecho huelga pero cuando esta termina oficialmente decides ponerte a currar, te puede llegar un energúmeno de esos a los que les pago una pasta por un recorrido de cinco minutos y te puede hacer de todo si ven que llevas bicho dentro.

El jueves de madrugada se vivió una situación, digamos, un pelín tensa en el centro de Madrid. Los búhos no funcionaron con normalidad porque los taxistas los tenían secuestrados e impedían su correcto funcionamiento. Así que no basta con hacer huelga y prolongarla más allá de lo anunciado, sino que presiono a ver si me escuchan llevando al caos a la ciudad, impidiendo que te puedas mover ni en tu coche, ni en búho, con el metro ya cerrado, por el centro de la ciudad. Vamos, tomando como rehenes de tu lucha a los de siempre. Y por Gran Vía y Alcalá, la policía parando el tráfico en tramos ‘seguros’, libres de piquetes. Y no puede usted circular (con taxi o en su coche) hasta que los del tramo de delante no nos digan que lo tienen controlado. Pues nada, a joderse, ¿no? Al fin y al cabo defienden sus derechos… Y UNA MIERDA. No a costa de pasar por encima de los míos.

Como siempre el ciudadano es tomado como rehén cada vez que un grupo con un sindicato fuerte o una gremial bien organizada se pone en huelga. Y no basta con no prestar el servicio, sino que tienen que jodernos colapsándonos el tráfico, inundándonos de mierda las calles o el metro… qué se yo, cada huelga tiene su particular método de presión más allá de los límites legales.

Cuando el piquete informativo deja de informar y se dedica a coaccionar, a imponer… entonces dejan de ser huelguistas. Son delincuentes.

Así que, como me han tocado las pelotas, a partir de ahora muy mal me tengo que ver para coger un taxi. A partir de ahora, ese que cogíamos cada fin de semana (o cada dos fines de semana) para salir de marcha, lo sustituiré por el búho. Y creo que no soy el único. Ya está bien de abusar del usuario indefenso. Qué suerte tienen de no haya un Sindicato de Usuarios (y si existe ni se le conoce). Porque si ese sindicato existiera y tuviera la misma fuerza que los otros me da que no nos iban a utilizar como moneda de cambio…

Por cierto, felices fiestas a todos menos a los Taxistas de Madrid y a la SGAE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Otras locuras del tercero...
free counters