lunes, 31 de agosto de 2009

Día 6





Quimper es una ciudad encantadora. La parte antigua tiene ya un tamaño considerable y, cómo no, otra catedral. Lo malo… el mercadillo, que ocupaba buena parte del centro histórico. Con tanto tenderete era imposible disfrutar de la ciudad al cien por cien… (y lo peor… aparcar allí en Agosto una Scudo. Anda que no tuvo que dar vueltas el pobre Fernando…).



Dejamos Quimper para ir a comer a la punta de Penmarch, muy cerquita del faro de Eckmühl, una zona de pueblos pesqueros.

Por la tarde fuimos hacia la Pointe du Raz, un lugar donde se puede ver un bonito faro, en el primero de los acantilados que vimos durante el viaje (donde calculando a ojo de buen cubero diría que hacia el sur nos daríamos de bruces con Llanes, mientras que al oeste estaríamos en una altitud similar a Caplin Cove, en la isla de Newfoundland, Canadá).

Para rematar el día terminamos visitando Locronan, un precioso pueblo, como no… con un montón de tenderetes por las calles.

Día 5

Dejamos Auray y me quedo con la sensación de que es un sitio al que tengo que volver. Lo que no sé en ese momento es que esa misma sensación la voy a tener durante casi toda nuestra aventura bretona en casi todas las localidades que visitemos.

Camino de Brest hacemos una parada en Quimperlé (la chica del centro de información turística sabe castellano, y no va a ser la única que encontremos por las Galias con conocimiento de nuestor idioma) y visitamos su catedral, en la que destaca la cripta y una colección de custodias y cálices. Ya en nuestro recorrido por el pueblo somos atacados por un montón de hormigas voladoras (el día estaba como de tormenta), justo después de oír una sirena… ¿antiaérea? Unos minutos después, ya camino de la furgoneta para continuar nuestro camino, pasando bajo el campanario de la iglesia oímos de nuevo la sirena. Vete tú a saber si era el cambio de turno en alguna fábrica cercana, si se trataba un recuerdo de la 2ª GM o, simplemente, una alarma contra las hormigas voladoras…



Llegados a Brest descubrimos que es una ciudad feísima. No hay nada que la salve (por lo menos en la parte que vimos nosotros). Quizás su atractivo (morboso atractivo) radica en saber que fue totalmente arrasada durante la guerra. Y su reconstrucción no se preocupó de recuperar el aspecto original, dando paso a una ciudad más que fría. No merece la pena visitarla a excepción, quizás, de una fortaleza a la que no pudimos acceder por ser demasiado tarde.

Además de los souvenirs a los muertos de la guerra, me empiezan a llamar la atención los nombres de algunas calles por las que pasamos, ya sea en Brest o en otros lugares: “Avenue de la France Libre”, “Place de la Liberté”, “Avenue de la Libération”, “Avenue Franklin Roosevelt”, “Avenue des Français Libres”…

jueves, 27 de agosto de 2009

Día 4

Por la mañana nos acercamos a Carnac a ver unos alineamientos megalíticos. Hay un montón de piedras gigantescas colocadas en fila hace miles de años por nuestros antepasados prehistóricos, vete tú a saber con qué motivo. Además de ver los alineamientos entramos a ver una exposición arqueológica en un museo del pueblo.














A mediodía nos vamos con la furgo hacia Quiberon para comer allí, cerquita de la fortaleza de Penthièvre, que no se puede ver por dentro por ser terreno militar francés. Tiene un monumento dedicado, si no recuerdo mal, a partisanos fusilados en la Segunda Guerra Mundial.

Tras dar una vuelta por el exterior de la fortaleza seguimos nuestro camino, esta vez con dirección a Lorient. Paramos antes en otro lugar donde había más pedruscos plantificados y en Plouhinec, un pueblo del que no recuerdo para qué paramos, pero en el que había, al lado de la iglesia, un monumento a los caídos, civiles y militares, de la 2ª GM. Antes de llegar a nuestro destino hacemos una nueva parada, esta vez en Port Luis, una ciudad con una muralla costera que se encuentra en bastante buen estado y con una ciudadela que no llegamos a ver y que me apunto para la próxima visita.

Ya en Lorient nos tomamos unas cervezas en el ‘Café brasserie Le Scenario’. Lo primero que nos llamó la atención del lugar es que tenían una bandera gallega y otra asturiana entre otras banderas de asentamientos celtas. Y lo siguiente a tener en cuenta… las bebidas: en Bretaña tienen su propio refresco de cola, que se parece bastante a la cocacola, y una cerveza de abadía bastante rica.



La ciudad en sí no nos dijo nada de nada. No encontramos su casco histórico... porque de repente nos metimos en medio de una fiesta de países/regiones celtas (de ahí lo de las banderas en el bar), así que nos metimos en el fiestorro aunque sn desvariar, que en un rato debíamos volver hacia el hotel. Además de una actuación de folklore gallego (golpe de morriña para Tere) vimos que en Francia comen ‘chichis calientes típicos españoles’, vamos... los churros de toda la vida.

Día 3

No recuerdo cuando fue la última vez que me levanté a las cuatro de la mañana, hace un sueño del carajo. Sin mucho tardar nos ponemos en marcha (a las cinco y cuarto ya hemos recogido a Fernando en su casa y estamos en camino). Estoy cansado pero, como es habitual en mi, no creo que sea capaz de dormir en el coche, así que me pongo manos a la obra con el GPS. Por España no nos hará falta para guiarnos, pero siempre será útil para saber dónde hay radares…

Pasan las horas y, tras una primera parada técnica en los Pirineos franceses (en la que uno se acuerda de Daoiz y Velarde a la hora de mear sobre suelo gabacho), aparcamos la furgo en Pau y nos tomamos el primer café au lait de las vacaciones.

Continuamos nuestro camino y nos metemos de lleno en Las Landas. La carretera que nos lleva desde Pau a Burdeos va por medio de un bosque precioso. Y en uno de los pequeños pueblos que aparecen de vez en cuando entre los árboles, Beaulac, paramos para zamparnos la tortilla de patatas que ha traído Teresa. Nos sorprende a todos lo cuidada que está el área de descanso, con su toilette y todo. En España no sueles encontrarlas tan limpitas… pero ya se sabe, Spain is different.

Ya hemos recorrido suficientes kilómetros como para ver cómo se las gastan los franceses al volante. En autovía van por la derecha, no como aquí, que circulamos por donde nos sale de las narices. Eso sí, si se tienen que cambiar de carril no se lo piensan. Se cambian y punto. ¿Qué ibas tú por el carril de la izquierda adelantando? Pues frenas y te jodes.

Por fin llegamos al hotel, en Auray. No he mirado el reloj, pero han sido más de once horas de viaje. Tras registrarnos y dejar las maletas en las habitaciones nos vamos a dar una vuelta por el pueblo. Si bien la parte antigua no es muy grande, es un lugar con mucho encanto. Encontramos un lugar cerca del río donde tomar unas cervezas. Es curioso que en Francia los bares tienen varios grifos de líquido elemento. Aquí estamos acostumbrados a ver sólo uno de Mahou, Cruzcampo, Estrella Damm… Pero en la France no, allí tienen habitualmente cuatro grifos para diferentes tipos de cervezas. En este pub de Auray, por ejemplo, nos dio por beber Leffe, que de barril está bien rica.


Después nos fuimos a cenar unas galletes y unas crepes. Qué ricas!!!!!!

Día 2 de Agosto de 2009


Ya hemos recogido la fragoneta en la estación de Zaragoza. Es más grande de lo esperado (al final nos han cambiado el Seat Alambra que esperábamos por una Fiat Scudo). Parece más cómoda porque es de nueve plazas en lugar de siete, pero no tiene nada para cubrir los equipajes, por lo que se van a ver las maletas desde fuera cuando la tengamos aparcada. Esperemos no encontrarnos con ninguna sorpresa en la France…

Por la tarde nos damos una vuelta por Zaragoza y nos zampamos unos helados en el Ferrara (el de tiramisú está rico rico!).

Ya por la noche, tras cenar, nos vamos pronto a la cama: a las cuatro hay que estar en pie porque el viaje va a durar unas cuantas horas… Además el día ha sido largo, estoy cansado…

Y más sobre los pobres...





Y dale. Se empeñan en dar la nota otra vez, en esta ocasión en El País.

Pobres, repobres, que pagan más que el Cristiano ese...


(pues no veas lo que tienen que cobrar!)

miércoles, 26 de agosto de 2009

Pobre SGAE





Pobre SGAE. No sólo se mueren de hambre sino que algún ser malvado se encarga de emponzoñarles...


(Artículo de la Asociación de Intenautas)

miércoles, 19 de agosto de 2009

Esa palabra...

Me ha pasado un montón de veces, no sé si a vosotros también, que oigo una palabra o el nombre de una persona que no había oído nunca y de repente no hago más que oírlo por todas partes.


En este caso hablo del Monte Saint Michel. Hoy decían esto de él en el periódico.



Por cierto, prometo volver y subir a la abadía… cuando haya menos gente...




domingo, 16 de agosto de 2009

Mudanza

Vengo de http://hombremenguante.spaces.live.com/?lc=3082. En breve espero comenzar la crónica de las vacaciones por La France...
Otras locuras del tercero...
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