Me alegro por él, o mejor dicho, por lo que queda de su memoria. No es el primero ni será el último. Y confío en que esa Memoria Histórica hará justicia a muchos.
La Vicepresidenta habla de Miguel Hernández como "un genio artístico que supo levantarse contra generaciones de prejuicios, que siempre entendió que la propia libertad se construye desde el compromiso y que amó como pocos a su tierra y a los que habitan en ella".
Y dado que ella misma ve tan necesaria esta Ley de Memoria Histórica, a ver si hace un hueco en su apretada agenda (y si no lo encuentra, que se lo encargue al ministro de turno) para que estudien el caso del abuelo porque, que yo sepa, no se han buscado ni encontrado culpables, ni siquiera tuvo un juicio injusto. Simplemente alguien en un piquete decidió que tenían que sacarle a pasear… Afortunadamente, en esa guerra entre vecinos no todos los malos eran malos (ni todos los buenos eran buenos) y un conocido pudo avisarle para que pusiera pies en polvorosa el día antes de su ejecución.
Lo malo en su caso es que él resultó ser simpatizante de los sublevados (¿o acaso simpatizó con ellos tras salvar el pellejo? No lo sé). Y me da que eso de la Memoria Histórica es sólo aplicable a los unos, no a los otros. Sí, ya sé que las atrocidades de Franco fueron mayores, es una simple cuestión de números. Pero el salvajismo ha de ser condenable venga de quien venga y sean cuales sean las cifras. Y más si quien pretende condenarlo pretende darle un aire oficial.
No sé porqué me da que esta balanza se va a quedar con todas las pesas en uno de los platillos… Menos mal que la Señora que la sujeta lleva una venda en los ojos…
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