jueves, 29 de octubre de 2009

Juegos de niños



Ya veremos en qué queda todo esto. Está por ver que pasó realmente, si el conductor se enteró realmente de lo que pasaba (imagino que el gremio estará muy acostumbrado a abstraerse del bullicio generado por las fieras que transportan a diario, aunque, digo yo, la escandalera que tuvieron que montar las pobres niñas debió ser de órdago como para no enterarse de nada), y,por supuesto, el desenlace de la historia.

Desde hace tiempo es cada vez más frecuente la publicación de noticias en las que los menores juegan a ser adultos sin tener que apechugar luego con las sanciones a los que estos se enfrentan. Obvio, por otra parte. Meter en la cárcel, tal cual, a un menor resultará, como mínimo, muy pernicioso para él... y para la sociedad (cuando salga de allí habrá aprendido latín, griego... hasta arameo). Y eso sin hablar del diámetro que puede llegar a adquirir cierta parte de su anatomía debido, digamos, a todo el amor que le pueden dar allí (coño, con esto parezco May Meneses...).

Sin embargo se te queda una cara de gilipollas cuando ves que determinadas atrocidades quedan casi impunes...

Ya va siendo hora de que los menores... (se vayan a la cama! No, eso no iba aquí) ...cumplan condenas más serias. Está muy bien (de hecho resulta necesario), reeducar, reinsertar a todo el que se pueda. Pero basta ya, coño, de dejar determinados juegos de niños sin el castigo que merecen. Basta ya de quedarnos con cara de gilipollas cada vez que nos enteramos de que ciertas tropelías quedan prácticamente impunes. Basta ya de tener que reír la gracia a determinados energúmenos a los que sus padres no han sabido educar.

(Para empezar, lo primero que han conseguido los animales estos son cinco días de vacaciones. Y si hay alguno menor de 14, quedará impune. Mucho me temo que las que van a tener que cambiarse de colegio van a ser las pobres niñas).


Asco de sociedad.

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