viernes, 23 de julio de 2010

Ñoño!!!!





Viendo lo que se cuece en la trastienda, y como dirían Henández y Fernández (o Dupont y Dupond, en el original), yo aún diría más: niñatos pastilleros.

Drogas aparte, como sigamos a este paso me temo que el ciclismo va a terminar como sección fija en algún programa de Ana Rosa Quintana con la Esteban haciendo los coros de fondo (‘¡Me entiendeeeeeeees?’)

Cada vez hay más culebrones alrededor de este deporte, los últimos con tinte rosa, aunque el maillot sea en este caso amarillo.

Me parecen lamentables los lloriqueos de Schleck, quien tras perder el liderato del Tour hace unos días, andaba a vueltas con Contador porque este le atacó cuando se le había salido la cadena de la bici.

Y sí, Andy, tiene que joder perder un Tour por eso. Pero es lo que tiene meterse una pechada de kilómetros sobre una bici, subiendo y bajando puertos en los que te juegas la vida en cada curva, sufriendo lo indecible sobre la bici, llegando tan extenuados a la meta que no tienes fuerza ni para echar los pulmones por la boca. Y si ves que tu rival no puede, por el motivo que sea, atacas.

Sin comparar los deportes en cuanto al esfuerzo que derrochan los que lo practican, te diré que en un partido de fútbol el árbitro tiene la potestad de parar un partido si considera que alguno de los jugadores tiene una lesión grave que requiera atención urgente. Pero en el ciclismo no es necesario parar la carrera: ya hay ambulancias y un coche médico por detrás del pelotón. Y lo mismo pasa con las asistencias mecánicas que facilitan los mismos coches de los equipos.

Así que, torpedo, si te caes, o si tu bici es una mierda, o no sabes cambiar las marchas (como dijo Hinault), o si te deja tu novia… te jodes. Bastante tiene uno con dejarse los cuernos sobre los idem de su bici como para encima andar con cortesías o regalitos. Y esto te lo digo sin recordarte que hace unos días tú mismo no paraste cuando fue Contador el perjudicado por una caída. Es lo que tiene montar sin ruedines.

Para terminar el culebrón, Contador con ‘wet cam’ incluida diciendo que se había equivocado, que no debía haber atacado… Vamos, ¡no jodas!

Y, el final de ayer, llegando los dos abrazados a la línea de meta…

Como leía en algún titular esta mañana… ¡QUE SE BESEN, QUE SE BESEN!


Me quedo con las palabras de Carlos Sastre.







(Apenas sigo el ciclismo estos últimos años, pero cuando puedo me apunto a ver las etapas de alta montaña, para mí el ciclismo con mayúsculas. Y ayer, viendo un trocito de la etapa de los Pirineos franceses, no pude evitar acordarme de una historia de hace casi un año. La France…).

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